Construyendo ciudades diseñadas para todos.
Uno de los principales retos de la planificación urbana está en el control del desarrollo de las ciudades. Poco a poco, las grandes urbanizaciones van aumentando su población y es por eso que como arquitectos es muy relevante preguntarnos, ¿cómo podemos construir ciudades sustentables, que permitan el bienestar común y sean equitativas, dando oportunidad a todos?
Debemos de tener en cuenta siempre el bienestar y felicidad de la mayoría de la población, desde niños pequeños hasta adultos mayores, con el objetivo de formar un ambiente seguro y cómodo que ofrezca espacios desde paseos, parques, carriles de bicicletas, edificios, áreas de juegos y de deporte, etc. que sean idóneas de cumplir con las necesidades de los grupos más vulnerables de la sociedad. Tomando en cuenta a los pequeños, adultos mayores, personas en condiciones de pobreza, con discapacidades físicas o mentales o que son parte de diferentes etnias, logrando así construir ciudades que verdaderamente funcionen para ellos y por consiguiente para todos.
La mayoría de las ciudades mundialmente enfrentan conflictos en común, desde la movilidad, la contaminación, el cambio climático, inestabilidad económica, etc. En las grandes metrópolis, un aproximado del 18% de los ciudadanos usan su coche, ocupando el 80% de la calle, mientras que en promedio el 82% lo forman los peatones, aquellos que se mueven en transporte público o que usan bicicletas y ocupan el otro 20%. Teniendo en cuenta que la calle conforma parte del espacio público de las ciudades y corresponde a todos los ciudadanos, sin importar su edad, su situación económica, social, ni su color de piel o su preferencia religiosa, por lo tanto, ¿no sería más adecuado construir tomando en cuenta esto? Hay 5 cosas que a los humanos nos provocan felicidad y bienestar: hacer ejercicio, llevar una alimentación saludable, dormir mínimo 7 horas diarias, estar en contacto con la naturaleza y estar en cercanía con otras personas. Esto nos alienta a construir ciudades planeadas como comunidades saludables que unan la movilidad sostenible, la facilidad para caminar o moverse en bicicletas y el transporte público efectivo; para esto se necesita repensar las calles, veredas y parques de las ciudades desde el punto de vista de las necesidades de las personas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de todos.